Oración Nuestra Señora del Rosario
Nuestra Señora del Rosario,
en el silencio de este día naciente,
vengo a pedirte la paz, la sabiduría y la fortaleza,
quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor
para ser paciente, comprensiva (o), dulce y buena (o),
ver a tu hijos más allá de las apariencias
como tu misma los ves,
cierra mis oídos a toda calumnia,
guarda mi lengua de toda maledicencia,
que solo los pensamientos que bendicen
moren en mi espíritu,
que sea tan benevolente y tan alegre
que todos aquellos que se me aproximen
sientan tu presencia.
Revísteme Madre mía de tu belleza
y que a lo largo de este día,
yo te revele.
Amén.
Padre Nuestro
Padre Nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea Tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase Señor tu Voluntad,
así en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro Pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación,
y líbranos de todo mal.
Amén.
Ave María
Dios te salve María,
llena eres de Gracia,
el Señor es contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María,
Madre de Dios,
ruega Señora por nosotros los pecadores
ahora y en la hora
de nuestra muerte.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en un principio,
ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Señal de la santa cruz
Por la señal,
de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
Líbranos Señor,
Dios Nuestro.
En el nombre del Padre,
del Hijo,
del Espíritu Santo,
Amen
Acto de contrición
Jesús, mi señor, mi redentor
Yo me arrepiento de todos los pecados cometidos hasta hoy y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí
A un Dios tan bueno
Propongo firmemente no volver a pecar
Y confío que por tu infinita misericordia
Me has de conceder el perdón de mis culpas
Y me has de llevar a la vida eterna
Amen
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del Cielo y la tierra;
creo en Jesucristo, Su único Hijo Nuestro Señor,
quien fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilatos,
fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió al Cielo y está sentado a la derecho de Dios Padre, todopoderoso;
desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
en la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.